Ese Viernes pasó muy lentamente... no me preguntes por fechas porque tú sabes que nunca he sido buena para eso, pero sé que era viernes. Tocaron el timbre, eran las 4:05, estaba tan nerviosa que hasta pensé en irme por otro lado y dejarte plantado ahí, de verdad estaba muy nerviosa. Salí y cuando te vi fue como volver al año pasado, por 5 segundos se me vinieron a la cabeza todos los recuerdos, yo nisiquiera me acordaba de tu cara y fue raro verte ahí, tan cerca de mí, debo admitir que alguna vez pensé que no te iba a volver a ver nunca más, nisiquiera como amigos. Te saludé, era tan evidente que estaba nerviosa que preferí decírtelo, pensé que se me podía pasar un poco así, o si tu me decías que también estabas nervioso; pero no dijiste nada...
Fuimos a la plaza que quedaba cerca de la casa de Maturana, donde viví hasta los 4 años, ahí aprendí a caminar... ¿Cuántas veces te he dicho eso ya?
Era la primera vez que nos sentábamos a conversar, que cosa más rara, yo te veía muy distinto además, en realidad me costaba convencerme que eras el mismo a quien alguna vez llamé "mi pololo", a quién le di besos y quizás hasta del primero del que me enamoré. Traté de mirarte lo más sinceramente posible, porque encontraba que tu mirada era sincera, como si no escondieras nada, pero... no estaba todo dicho, tú no habías dicho nada, yo estaba esperando que lo dijeras, mirándome a los ojos, porque no me convencía, incluso pensaba que eras una persona mala, que tus intenciones eran hacerme sufrir... de nuevo, siempre pensé eso... que en algún momento, cuando ya te dieras cuenta de que yo me había enamorado nuevamente de ti, me ibas a decir... "¿De verdad creíste que yo estoy enamorado de ti otra vez?", eso me daba una sensación peor al miedo, mucho peor... pero luego pasó y empecé a creer que quizás si estabas diciendo la verdad... hasta el día de hoy no se porque pasó, pero creo que ni tú lo sabes, solo pasó y realmente, es lo más lindo que me ha pasado en la vida.
Conversamos, nos reímos, nos miramos... tu me miraste más que yo a ti, pero eso no importa, creo que me daba vergüenza mirarte por mucho rato a los ojos. Se me había perdido el anillo que más me gustaba y te lo dije, tú me tomaste la mano pero muy "camufladamente" (nisiquiera sé si existe esa palabra), pero te la quité, yo estaba muy decidida de lo que quería...
Aunque te quité varias veces la mano cuando me la tomabas, me la volvías a tomar, fuiste bastante insistente y perseverante... Empezó a oscurecer y ya me parecía raro que aún no fueras claro y me dijeras lo que por tanto tiempo me decías por Messenger. No estaba preocupada de la hora y tampoco tenía muchas ganas de preocuparme porque mi mamá estaba insoportable y prefería quedarme conversando ahí contigo gratamente a llegar a mi casa... "Mi mamá está insoportable"... "¿Y con cuñado nuevo se pondrá mejor?". Y listo, una parte de mí decía "Suéltalo, Por qué no le dices nada si tú no quieres estar con él, le vas a hacer daño si lo ilusionas" y la otra decía "¿Qué tiene de malo? Si sé que lo quiero y en realidad no tengo ganas de que me suelte"... Me quede sin poder hacer nada, no sé por cuanto rato, mirando hacia un punto fijo del suelo... Que hago, que hago... y tú me hablabas, pero yo no te estaba escuchando, yo lo único que pensaba era que yo no te quería hacer sufrir, pero quizás si quería estar contigo y tratar de volver a intentarlo... después de estar mucho rato así y decirte unas mil veces "no sé" salió un "te quiero" , tan sinceramente dicho que me dieron ganas de llorar, de salir corriendo, de gritar, todo lo que había pensado en algún momento se fue sin darme cuenta y la decisión que ya había tomado pareció dar un giro rotundo, todo me daba vueltas y la única pregunta que giraba en torno a mi cabeza era "¿Estoy haciendo las cosas bien?"…
